Roser Bru nos presenta la obra gráfica y pictórica de sus últimos dos años de trabajo. Su campo de concentración es el ser humano. Pinta y dibuja cuerpos, rostros y objetos que luego interviene por medio de la borradura y la tachadura intentando darles un nuevo significado. Este ser humano está vertebrado por el eje de la memoria y su fragilidad. Los grandes cuerpos, plenos en su materialidad, van esfumándose, llegando a ser cuerpos que se concentran en la mirada fija. Son figuras humanas de trazos simples, monumentales y ausentes, seres sin mirada y a veces ajenos. El hombre, las parejas y las familias son el motivo central de su obra, y la maternidad, su experiencia límite. Estos elementos reflejan la lucha material que realiza Roser Bru por capturar en una forma los signos del cuerpo.
Roser Bru nace en Barcelona en 1923. Entre 1924 y 1928 vive en París con su familia; luego regresa a Barcelona donde estudia en la escuela Montessori y en el Instituto de la Generalitat. La artista llega a Chile en 1939 a causa de la guerra civil española e ingresa a la escuela de Bellas Artes de Santiago, formando parte de la generación de los años 60.
Roser Bru nace en Barcelona en 1923. Entre 1924 y 1928 vive en París con su familia; luego regresa a Barcelona donde estudia en la escuela Montessori y en el Instituto de la Generalitat. La artista llega a Chile en 1939 a causa de la guerra civil española e ingresa a la escuela de Bellas Artes de Santiago, formando parte de la generación de los años 60.