A pesar de que sus marcadas individualidades hacen difícil una lectura totalizadora que englobe todos los aspectos de las obras de Da Rin, El Azem y García, se podrían apuntar ciertas características que los enlazan: el fuerte tono conceptual y el impacto de la figuración producen sentido al conmover y perturbar, mediante el poder de seducción de sus imágenes.
La construcción en base a pequeños elementos (El Azem), la nitidez del foco y los numerosos detalles (Da Rin) y el tratamiento de las texturas y marcas (García), producen como efecto que cada centímetro cuadrado de las obras retenga la mirada del espectador.
Pero además de la enorme seducción visual y de la poderosa dilación que ejercen sobre la mirada, sus obras están construidas como potentes fábricas conceptuales. En los tres casos, lo cotidiano se transforma en extraño por la intensidad de la observación y la particularidad del enfoque. Da Rin, El Azem y García son tres artistas figurativos que, mirados con atención, podrían ser considerados herederos del pop en tanto que el arte que producen se encuentra inmerso en la cultura visual y urbana en la que viven. Asimismo porque en su estilo directo e inmediato, conviven una cierta ironía y un fuerte sentimiento formal, donde el orden es el aciago poder de lo ominoso.
Flavia Da Rin (Buenos Aires, Argentina, 1978)
Me interesa la construcción del sujeto como artista, su subjetividad. De allí el múltiple cruce de referencias a la historia del arte, a la vida afectiva, a la música y la tv, a lo que leo, a lo que escucho en la calle, etc.
En este intento de investigar esa construcción no me importa ir desde el bordado punto cruz, hasta los programas de manipulación digital de imágenes o el dibujo. Así como las formas de percibir el mundo van cambiando también lo hace la obra.
Karina El Azem (Buenos Aires, Argentina, 1970)
Creo figuras con materiales que sirven para matar: municiones, balas, cápsulas que en su mayoría fueron usadas y reinsertadas en el mercado.
Intercalo fotos de estos elementos que manipulo en la computadora en orden de acentuar esta tensión entre lo falso y lo real.
La munición usada como material para bordar, tarea artesanal tradicionalmente adjudicada a las mujeres (en principio a las mujeres que esperan) se confronta con la producción en masa de la industria que más dinero reditúa en el mundo.
Daniel García (Rosario, Argentina, 1958)
No hay en mí una vocación por el misterio, simplemente una necesidad de pintar determinadas imágenes. Sucede que frente a mis pinturas hay un reconocimiento inmediato de la forma que no es acompañado por un reconocimiento inmediato del sentido. Ese aplazamiento del sentido es lo que se percibe como misterioso. En general los motivos de mis pinturas (cabezas, dentaduras, martillos, cadenas, manoplas, etc.) están expuestos frontalmente, incluso, digamos, pedagógicamente. Trabajo en base a imágenes que me rodean, ya sea que provengan de libros, de otras obras de arte, de la vida cotidiana, de la TV o de internet. No hay un eclecticismo intencional, sino que simplemente refleja el ambiente en el que vivo.
La construcción en base a pequeños elementos (El Azem), la nitidez del foco y los numerosos detalles (Da Rin) y el tratamiento de las texturas y marcas (García), producen como efecto que cada centímetro cuadrado de las obras retenga la mirada del espectador.
Pero además de la enorme seducción visual y de la poderosa dilación que ejercen sobre la mirada, sus obras están construidas como potentes fábricas conceptuales. En los tres casos, lo cotidiano se transforma en extraño por la intensidad de la observación y la particularidad del enfoque. Da Rin, El Azem y García son tres artistas figurativos que, mirados con atención, podrían ser considerados herederos del pop en tanto que el arte que producen se encuentra inmerso en la cultura visual y urbana en la que viven. Asimismo porque en su estilo directo e inmediato, conviven una cierta ironía y un fuerte sentimiento formal, donde el orden es el aciago poder de lo ominoso.
Flavia Da Rin (Buenos Aires, Argentina, 1978)
Me interesa la construcción del sujeto como artista, su subjetividad. De allí el múltiple cruce de referencias a la historia del arte, a la vida afectiva, a la música y la tv, a lo que leo, a lo que escucho en la calle, etc.
En este intento de investigar esa construcción no me importa ir desde el bordado punto cruz, hasta los programas de manipulación digital de imágenes o el dibujo. Así como las formas de percibir el mundo van cambiando también lo hace la obra.
Karina El Azem (Buenos Aires, Argentina, 1970)
Creo figuras con materiales que sirven para matar: municiones, balas, cápsulas que en su mayoría fueron usadas y reinsertadas en el mercado.
Intercalo fotos de estos elementos que manipulo en la computadora en orden de acentuar esta tensión entre lo falso y lo real.
La munición usada como material para bordar, tarea artesanal tradicionalmente adjudicada a las mujeres (en principio a las mujeres que esperan) se confronta con la producción en masa de la industria que más dinero reditúa en el mundo.
Daniel García (Rosario, Argentina, 1958)
No hay en mí una vocación por el misterio, simplemente una necesidad de pintar determinadas imágenes. Sucede que frente a mis pinturas hay un reconocimiento inmediato de la forma que no es acompañado por un reconocimiento inmediato del sentido. Ese aplazamiento del sentido es lo que se percibe como misterioso. En general los motivos de mis pinturas (cabezas, dentaduras, martillos, cadenas, manoplas, etc.) están expuestos frontalmente, incluso, digamos, pedagógicamente. Trabajo en base a imágenes que me rodean, ya sea que provengan de libros, de otras obras de arte, de la vida cotidiana, de la TV o de internet. No hay un eclecticismo intencional, sino que simplemente refleja el ambiente en el que vivo.