Todas obras realizadas entre los años 50, 60 y 70, permiten reflexionar en torno al interesante diálogo que se produce en la interacción de las diferentes líneas expresivas. Por una parte están dos grandes pintores catalanes: Miró y Tàpies; y por otro dos grandes latinoamericanos Matta y Lam. Todos relacionados en mayor o menos medida con el surrealismo y la gráfica, podemos observar las influencias africanas en la obra de Lam o la política catalana en la obra de Tàpies. Los cuatro artistas fueron grandes cultores del grabado, sobre todo porque la técnica del grabado se presta mucho al propósito del automatismo surrealista, del resultado que no es completamente controlado por la razón del pintor.