En el artista chileno Pablo Ferrer tenemos un buen modelo de la persistencia de la pintura en la era de la tecnología. Sus obras rebasan pintura tanto en la técnica misma como en los guiños, citas y cuestionamientos. Formado en la Universidad de Chile, la estética que ha ido construyendo da cuenta de una mirada aunque respetuosa, inquisidora a la historia del arte universal y a los arquetipos de la academia.
Los formatos de sus obras suelen ser imponentes, de hasta cuatro metros, lo que hace más provocativa su puesta en escena. Muchas de ellos son claras citas a obras clásicas, evidenciando su condición paradigmática pero mutando a sus protagonistas en personajes de cartoon y superhéroes infantiles.
El género Still Life o Naturaleza Muerta - incluido el ejercicio previo a la pintura de preparar escenas para ser retratadas - es algo fundamental en la muestra Ortopedia.
La construcción de sus maquetas esta vez contempla materiales variados, como juguetes, y restos de ellos, más otros objetos que son dispuestos en pequeños montajes o “historias” de carácter narrativo. Sus personajes son menos referenciales, más desconocidos; profundizan el factor inquietante, que es casi un leitmotiv en la obra actual de Ferrer.
El universo de los cuentos infantiles es una de las evocaciones que motivan este trabajo. El susto y el extrañamiento que nos provocan historias siniestras que escuchamos desde niños es objeto de exploración para Pablo Ferrer, en esta serie de escenas construidas, su trabajo más reciente (2006-2007).
Los formatos de sus obras suelen ser imponentes, de hasta cuatro metros, lo que hace más provocativa su puesta en escena. Muchas de ellos son claras citas a obras clásicas, evidenciando su condición paradigmática pero mutando a sus protagonistas en personajes de cartoon y superhéroes infantiles.
El género Still Life o Naturaleza Muerta - incluido el ejercicio previo a la pintura de preparar escenas para ser retratadas - es algo fundamental en la muestra Ortopedia.
La construcción de sus maquetas esta vez contempla materiales variados, como juguetes, y restos de ellos, más otros objetos que son dispuestos en pequeños montajes o “historias” de carácter narrativo. Sus personajes son menos referenciales, más desconocidos; profundizan el factor inquietante, que es casi un leitmotiv en la obra actual de Ferrer.
El universo de los cuentos infantiles es una de las evocaciones que motivan este trabajo. El susto y el extrañamiento que nos provocan historias siniestras que escuchamos desde niños es objeto de exploración para Pablo Ferrer, en esta serie de escenas construidas, su trabajo más reciente (2006-2007).