Bajo la lógica de patrones que van evolucionando, el artista nacional Sebastián Cobo toma la naturaleza como base para generar piezas geométricas y abstractas usando distintas materialidades y técnicas. Es el proceso creativo, el gran pilar narrativo y estético de esta exposición que busca tener tantos significados, como visitantes.
De formación diseñador, de vocación artista. Lo quepareció contradictorio en un comienzo hoy hace de la obra de Sebastián Cobo, un espacio entre el lenguaje, “a través del arte puedo decir cosas que a veces no tienen palabras”, explica al resumir lo que se podrá ver a partir del 10 de Noviembre en Galería Animal.
En “Ocupar un vacío”, Sebastián repasa sus últimos doce meses artísticos en alrededor de 38 obras. Todas unidas, en algunos casos por patrones, colores o materialidades y, a la vez, distantes en fondo, libres y abiertas a cualquier interpretación. Y es que en la delgada línea entre la perfección y lo artesanal está el sello de este artista que ha hecho del proceso de cada obra, una obra en sí.
“Podría hacer todo en el computador, pero me gusta la manualidad”. Por eso para los visitantes de la muestra “Ocupar el vacío” no será de extrañar la perfección en cada geometría propuesta por Sebastián; a ojos del artista un espejismo que de cerca revela sus manos y la libertad detrás de las estructuras.
Cajas con dibujos y vidrios pintados, textos intervenidos hasta crear un lenguaje de puntos, cuadros enmarcados en aluminio y madera nativa, así como una instalación que confirma ese tránsito artístico del 2D al 3D son parte de esta exposición que con humildad Sebastián define como “un cuestionamiento personal”.
Finalmente lo que aquí hay es arte, una propuesta gráfica, muy visual y estética que no busca tener una gran interpretación, sino más bien, una invitación sensorial, entendiendo que detrás de cada obra hubo un proceso de experimentación que Sebastián busca traspasar. Prueba de ello son seis cuadros que a simple vista parecen idénticos, pero que tienen piezas incompletas.
Ahí entra el diseñador en escena también, poniendo al servicio de su arte la geometría, las estructuras e incluso la concepción de una entrega final, que en este caso esconde más de lo que se ve superficialmente. Hay una frase de Jorge Teillier que me hace mucho sentido y que resonó mucho durante todo este proceso: “…y el silencio nos revela el secreto que no queríamos escuchar”.
Una cita que este artista busca mutar hacia un secreto que se hizo verdad y quepudimos contar, narrar y sobre todo escuchar.
Puedes ver el catalogo aquí
De formación diseñador, de vocación artista. Lo quepareció contradictorio en un comienzo hoy hace de la obra de Sebastián Cobo, un espacio entre el lenguaje, “a través del arte puedo decir cosas que a veces no tienen palabras”, explica al resumir lo que se podrá ver a partir del 10 de Noviembre en Galería Animal.
En “Ocupar un vacío”, Sebastián repasa sus últimos doce meses artísticos en alrededor de 38 obras. Todas unidas, en algunos casos por patrones, colores o materialidades y, a la vez, distantes en fondo, libres y abiertas a cualquier interpretación. Y es que en la delgada línea entre la perfección y lo artesanal está el sello de este artista que ha hecho del proceso de cada obra, una obra en sí.
“Podría hacer todo en el computador, pero me gusta la manualidad”. Por eso para los visitantes de la muestra “Ocupar el vacío” no será de extrañar la perfección en cada geometría propuesta por Sebastián; a ojos del artista un espejismo que de cerca revela sus manos y la libertad detrás de las estructuras.
Cajas con dibujos y vidrios pintados, textos intervenidos hasta crear un lenguaje de puntos, cuadros enmarcados en aluminio y madera nativa, así como una instalación que confirma ese tránsito artístico del 2D al 3D son parte de esta exposición que con humildad Sebastián define como “un cuestionamiento personal”.
Finalmente lo que aquí hay es arte, una propuesta gráfica, muy visual y estética que no busca tener una gran interpretación, sino más bien, una invitación sensorial, entendiendo que detrás de cada obra hubo un proceso de experimentación que Sebastián busca traspasar. Prueba de ello son seis cuadros que a simple vista parecen idénticos, pero que tienen piezas incompletas.
Ahí entra el diseñador en escena también, poniendo al servicio de su arte la geometría, las estructuras e incluso la concepción de una entrega final, que en este caso esconde más de lo que se ve superficialmente. Hay una frase de Jorge Teillier que me hace mucho sentido y que resonó mucho durante todo este proceso: “…y el silencio nos revela el secreto que no queríamos escuchar”.
Una cita que este artista busca mutar hacia un secreto que se hizo verdad y quepudimos contar, narrar y sobre todo escuchar.
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