La exhibición “Territorio Doméstico” de la artista visual Bruna Truffa, es su primera exhibición individual a gran escala después de su participación en el colectivo Truffa+Cabezas.
Como indica el titulo de la muestra en esta ocasión Bruna Truffa nos invita a visitar el territorio de lo doméstico.
“Bruna Truffa restituye ese nudo de la condición femenina abriéndonos una casa, su casa, la nuestra, en un gesto que ata y desata los planos y figuraciones de una arquitectura amorosa para hacernos habitantes de un sitio que nos recuerda lo propiamente humano: la habilidad de la construcción, de la edificación, de la fijación de un centro desde donde nacen los seres y las cosas.
De esta manera el Territorio Doméstico, encrucijada en cuyo interior habitan los deseos tránsfugas y lo sedentario de nuestra domesticación, se nos prodiga como una lúcida ceremonia que desanuda, por un tiempo, la tensión entre afuera y adentro; entre femenino y masculino; entre vida y muerte . Bruna Truffa parece querer decirnos que el juego de las “casitas” esconde y expresa la paradoja civilizatoria femenina: un cuerpo que encierra a otros, se “ahuacha” en la intimidad del domus, pero impugna el acantonamiento mimético de la casa como útero para hacerla restallar en la productividad artesanal. Como una obrera de la construcción (y una princesa de los ladrillos), la mano de Bruna traza una obra gruesa materna y dislocada de la casa y de lo doméstico como finitud y trascendencia donde hogar y paisaje son el bordado laborioso y femenino de la existencia.”
Así la artista despliega un exhaustivo catastro a través de un gran numero de piezas, 162 obras, de pequeño formato, pintadas, bordadas, con objetos intervenidos que describen en detalle el aspecto de lo domestico.
“Es en ese sitio donde escudriñamos el excepcional encuadre del Territorio Doméstico de Bruna Truffa, en la “mano” femenina y chilena que en la modernidad de los ladrillos princesa, en la precisión académica de los planos, en el universo urbano masculino, construye su domesticidad como memoria de saberes femeninos, habitada de quincalla y recuerdos, de melancolía y superstición. Un territorio ocupado amorosa y burlonamente que evoca ese antiguo “jugar a las casitas” y que deja sus huellas en la actitud de toda conquista territorial femenina: poblar de pequeños fetiches, de haceres, de flores, de imágenes, de íconos, de sentidos, los huecos donde transcurre lo cotidiano. Esos conjuros necesarios para desmentir la futilidad de lo doméstico son los que nos brinda Bruna Truffa como ofrendas contemporáneas, como tensión, pero también como redención del trabajo menospreciado que permite la reproducción diaria.”
Además, la exhibición estará acompañada por la publicación de un proyecto editorial conjunto entre la artista Bruna Truffa y la antropóloga Sonia Montecino.
El lanzamiento del libro y su venta al público se realizara la última semana de exhibición. (Las citas son parte del libro)
Como indica el titulo de la muestra en esta ocasión Bruna Truffa nos invita a visitar el territorio de lo doméstico.
“Bruna Truffa restituye ese nudo de la condición femenina abriéndonos una casa, su casa, la nuestra, en un gesto que ata y desata los planos y figuraciones de una arquitectura amorosa para hacernos habitantes de un sitio que nos recuerda lo propiamente humano: la habilidad de la construcción, de la edificación, de la fijación de un centro desde donde nacen los seres y las cosas.
De esta manera el Territorio Doméstico, encrucijada en cuyo interior habitan los deseos tránsfugas y lo sedentario de nuestra domesticación, se nos prodiga como una lúcida ceremonia que desanuda, por un tiempo, la tensión entre afuera y adentro; entre femenino y masculino; entre vida y muerte . Bruna Truffa parece querer decirnos que el juego de las “casitas” esconde y expresa la paradoja civilizatoria femenina: un cuerpo que encierra a otros, se “ahuacha” en la intimidad del domus, pero impugna el acantonamiento mimético de la casa como útero para hacerla restallar en la productividad artesanal. Como una obrera de la construcción (y una princesa de los ladrillos), la mano de Bruna traza una obra gruesa materna y dislocada de la casa y de lo doméstico como finitud y trascendencia donde hogar y paisaje son el bordado laborioso y femenino de la existencia.”
Así la artista despliega un exhaustivo catastro a través de un gran numero de piezas, 162 obras, de pequeño formato, pintadas, bordadas, con objetos intervenidos que describen en detalle el aspecto de lo domestico.
“Es en ese sitio donde escudriñamos el excepcional encuadre del Territorio Doméstico de Bruna Truffa, en la “mano” femenina y chilena que en la modernidad de los ladrillos princesa, en la precisión académica de los planos, en el universo urbano masculino, construye su domesticidad como memoria de saberes femeninos, habitada de quincalla y recuerdos, de melancolía y superstición. Un territorio ocupado amorosa y burlonamente que evoca ese antiguo “jugar a las casitas” y que deja sus huellas en la actitud de toda conquista territorial femenina: poblar de pequeños fetiches, de haceres, de flores, de imágenes, de íconos, de sentidos, los huecos donde transcurre lo cotidiano. Esos conjuros necesarios para desmentir la futilidad de lo doméstico son los que nos brinda Bruna Truffa como ofrendas contemporáneas, como tensión, pero también como redención del trabajo menospreciado que permite la reproducción diaria.”
Además, la exhibición estará acompañada por la publicación de un proyecto editorial conjunto entre la artista Bruna Truffa y la antropóloga Sonia Montecino.
El lanzamiento del libro y su venta al público se realizara la última semana de exhibición. (Las citas son parte del libro)