Fotografías de Fredi Casco, instalación de Bettina Brizuela e instalación de Claudia Casarino.
Este trío de artistas paraguayos ha colaborado en varios proyectos y exposiciones desde diferentes técnicas y temáticas. La presente exposición se fue articulando de acuerdo a un proceso de decantación en los últimos años, si bien las obras fueron producidas en momentos muy diferentes: Brizuela enyesó sus primeros muebles en el año 2000, Casco trabajó estas imágenes desde el año 2001 y Casarino realizó los vestidos en el año 2005.
La bisagra que los une es el blanco, o más bien "lo blanco". Blanco del yeso que envuelve los muebles de Brizuela, blanco de los vestidos de primera comunión de las imágenes de Casco, blanco del tul de los vestidos de Casarino. Lejos de la pureza -primaria lectura de la ausencia del color- lo blanco perturba desde su silencio.
Casco presenta Fiat Voluptas Dei, donde interviene antiguas fotografías compradas en mercados de pulgas, retratos de niñitas que toman la primera comunión.
Apropiándose de un gesto gráfico convencional de los medios de prensa para ocultar la identidad de menores de edad en "situación de riesgo" (prostitución, drogas, etc.), estas bandas negras, que protegerían a priori la identidad de las niñas, al mismo tiempo oscurecerían la lectura de estas imágenes tan familiares a la cultura "occidental y cristiana".
Lo Inefable de Bettina Brizuela, quien enyesa muebles y en un acto de animación traslada la fragilidad humana a objetos que tienen cotidiano roce con el cuerpo. Envueltos y circunspectos, en proceso de sanación estos muebles absorben el dolor de la ausencia de palabras.
Casarino muestra vestidos de tul y habla desde ellos en un silencioso decir, donde la mujer es protagonista y su cuerpo se evidencia en una transparencia manifiesta. La imposibilidad de ocultarnos tras las ropas, las cuales en lugar de vestirnos, nos desnudan y delatan datos precisos e íntimos.
En esta instalación lo incorpóreo toma relevancia y lo notorio es aquello que no está.
Este trío de artistas paraguayos ha colaborado en varios proyectos y exposiciones desde diferentes técnicas y temáticas. La presente exposición se fue articulando de acuerdo a un proceso de decantación en los últimos años, si bien las obras fueron producidas en momentos muy diferentes: Brizuela enyesó sus primeros muebles en el año 2000, Casco trabajó estas imágenes desde el año 2001 y Casarino realizó los vestidos en el año 2005.
La bisagra que los une es el blanco, o más bien "lo blanco". Blanco del yeso que envuelve los muebles de Brizuela, blanco de los vestidos de primera comunión de las imágenes de Casco, blanco del tul de los vestidos de Casarino. Lejos de la pureza -primaria lectura de la ausencia del color- lo blanco perturba desde su silencio.
Casco presenta Fiat Voluptas Dei, donde interviene antiguas fotografías compradas en mercados de pulgas, retratos de niñitas que toman la primera comunión.
Apropiándose de un gesto gráfico convencional de los medios de prensa para ocultar la identidad de menores de edad en "situación de riesgo" (prostitución, drogas, etc.), estas bandas negras, que protegerían a priori la identidad de las niñas, al mismo tiempo oscurecerían la lectura de estas imágenes tan familiares a la cultura "occidental y cristiana".
Lo Inefable de Bettina Brizuela, quien enyesa muebles y en un acto de animación traslada la fragilidad humana a objetos que tienen cotidiano roce con el cuerpo. Envueltos y circunspectos, en proceso de sanación estos muebles absorben el dolor de la ausencia de palabras.
Casarino muestra vestidos de tul y habla desde ellos en un silencioso decir, donde la mujer es protagonista y su cuerpo se evidencia en una transparencia manifiesta. La imposibilidad de ocultarnos tras las ropas, las cuales en lugar de vestirnos, nos desnudan y delatan datos precisos e íntimos.
En esta instalación lo incorpóreo toma relevancia y lo notorio es aquello que no está.