Entendiendo a la muerte como parte importante de la iconografía tradicional del arte, en la cual adopta diversas formas y disfraces, metáforas y simulacros, el artista construye un itinerario en el cual el cuerpo es representado, evocado y nombrado a través de distintos formatos.
Réquiem intenta por medio de la instalación de estructuras de acero, semejantes a cámaras frigoríficas o nichos de depósito, remitirnos metafóricamente al cuerpo, acercándonos a través de soportes fríos y asépticos a la idea de ausencia y muerte. La obra no se sitúa en este momento trágico, sino más bien en un después indefinido en el cual el recuerdo se va convirtiendo en olvido y el dolor en indiferencia.
La obra crea un espacio de silencio que permite estar a solas con nuestros propios pensamientos, sumergiéndonos en nuestros propios dolores y miedos, creando a través del montaje, donde los objetos sugieren presencia y ausencia de una memoria individual y colectiva, una obra abierta que invita al espectador a reconstruir y crear su historia personal, dando a la vez tiempo para la contemplación y la reflexión más intima.
La instalación estará compuesta de 8 módulos de acero de 200 x 140 x 50 cms. donde se ubicarán los nichos tapados por un vidrio. Éstos permitirán observar el interior forzando un poco la vista debido a su reflejo opaco, creando una primera mirada el reflejo del observador sobre el fondo de los vidrios. Una mirada más atenta logrará divisar el interior de cada nicho y la ocasional mirada del observador al otro lado del módulo.
Los elementos instalados en cada nicho pretenden suspender la mirada por sobre el propio reflejo y permitir a la mirada atenta establecer otra relación con la obra. Contenedores de acero inoxidable, jirones de piel, restos de ropa, etc., serán distribuidos indistintamente al interior de cada nicho.
Uno de los elementos depositados en el interior de los nichos y que ha constituido parte importante de sus investigaciones y de su obra, es un tipo de piel sintética obtenida a partir de una investigación de cuerpos de distintas datas de muerte depositados en las cámaras frigoríficas de Tanatología del Servicio Médico Legal de Santiago. Esta investigación le permitió a través del trabajo de vaciado e impresión sobre cuerpos de modelos vivos, crear un banco de pieles de diversas texturas y tonos.
Réquiem intenta por medio de la instalación de estructuras de acero, semejantes a cámaras frigoríficas o nichos de depósito, remitirnos metafóricamente al cuerpo, acercándonos a través de soportes fríos y asépticos a la idea de ausencia y muerte. La obra no se sitúa en este momento trágico, sino más bien en un después indefinido en el cual el recuerdo se va convirtiendo en olvido y el dolor en indiferencia.
La obra crea un espacio de silencio que permite estar a solas con nuestros propios pensamientos, sumergiéndonos en nuestros propios dolores y miedos, creando a través del montaje, donde los objetos sugieren presencia y ausencia de una memoria individual y colectiva, una obra abierta que invita al espectador a reconstruir y crear su historia personal, dando a la vez tiempo para la contemplación y la reflexión más intima.
La instalación estará compuesta de 8 módulos de acero de 200 x 140 x 50 cms. donde se ubicarán los nichos tapados por un vidrio. Éstos permitirán observar el interior forzando un poco la vista debido a su reflejo opaco, creando una primera mirada el reflejo del observador sobre el fondo de los vidrios. Una mirada más atenta logrará divisar el interior de cada nicho y la ocasional mirada del observador al otro lado del módulo.
Los elementos instalados en cada nicho pretenden suspender la mirada por sobre el propio reflejo y permitir a la mirada atenta establecer otra relación con la obra. Contenedores de acero inoxidable, jirones de piel, restos de ropa, etc., serán distribuidos indistintamente al interior de cada nicho.
Uno de los elementos depositados en el interior de los nichos y que ha constituido parte importante de sus investigaciones y de su obra, es un tipo de piel sintética obtenida a partir de una investigación de cuerpos de distintas datas de muerte depositados en las cámaras frigoríficas de Tanatología del Servicio Médico Legal de Santiago. Esta investigación le permitió a través del trabajo de vaciado e impresión sobre cuerpos de modelos vivos, crear un banco de pieles de diversas texturas y tonos.