El próximo 10 de noviembre a las 19:30 horas se inaugura en la Sala Cero la muestra "Tales of Suspensus” del artista Carlos Gómez, un proyecto de juegos caleidoscópicos a partir de la reiteración del dibujo y la pintura, en los que reflejos y repeticiones se multiplican y donde el oficio y rigurosidad es fundamental para ejecutar una imagen que reproducen manualmente el oficio de la fotografía.
Esta serie de óleos sobre tela reúne imágenes en las que conviven niños y mascotas del siglo XIX que, sometidos al efecto óptico, devienen en obras enigmáticas, oníricas, imposibles, dónde las apacibles escenas dan paso al ilusionismo causado por el espejo y su contundente reflejo. Según el artista, este mundo onírico es “producto de la creación de obras de carácter y estética clásica, pero transformadas en obras contemporáneas”.
En más de alguna ocasión el artista se ha referido a este conjunto de obras a partir de los procedimientos y de las metáforas del grabado, imágenes espejo que no son más que la puesta en escena de positivos y negativos, de matrices y de sus copias.
“Todo esto para poder reflexionar acerca de la agenda moral y cognitiva contemporánea”, explica Carlos Gómez, “acuñada desde épocas y recreada y citada en mis pinturas que buscan el cercamiento de lo doméstico, la sublimación de la idea de familia y una nueva relación con la naturaleza”.
Esta serie de óleos sobre tela reúne imágenes en las que conviven niños y mascotas del siglo XIX que, sometidos al efecto óptico, devienen en obras enigmáticas, oníricas, imposibles, dónde las apacibles escenas dan paso al ilusionismo causado por el espejo y su contundente reflejo. Según el artista, este mundo onírico es “producto de la creación de obras de carácter y estética clásica, pero transformadas en obras contemporáneas”.
En más de alguna ocasión el artista se ha referido a este conjunto de obras a partir de los procedimientos y de las metáforas del grabado, imágenes espejo que no son más que la puesta en escena de positivos y negativos, de matrices y de sus copias.
“Todo esto para poder reflexionar acerca de la agenda moral y cognitiva contemporánea”, explica Carlos Gómez, “acuñada desde épocas y recreada y citada en mis pinturas que buscan el cercamiento de lo doméstico, la sublimación de la idea de familia y una nueva relación con la naturaleza”.